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Una semilla que desafía montañas

Jesús les dijo:

—Por vuestra poca fe. De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible. (Mateo 17:20, BSO)

1. ¿Qué dice el texto literalmente?

    •    Jesús (Yeshúa), en respuesta al fracaso de sus discípulos al liberar a un joven, señala la raíz del problema: “poca fe”.

    •    Introduce una ilustración poderosa y común en el judaísmo: la semilla de mostaza (חרדל, chardal).

    •    Usa el símbolo de una “montaña” como aquello que parece inamovible.

    •    Afirma con solemnidad (“de cierto os digo”) que nada será imposible si hay fe auténtica.

 

2.  ¿Qué significaba para sus oyentes judíos del siglo I?

a. Fe en la tradición judía:

    •    La palabra hebrea “emuná” (אֱמוּנָה) no significa solo “creencia intelectual”, sino fidelidad activa, confianza constante. Implica “mantenerse firme” más que “sentir certeza”.

    •    Un judío del siglo I entendería la fe no como algo pasivo, sino como una postura de obediencia hacia Dios incluso cuando las circunstancias son opuestas.

b. El grano de mostaza:

    •    En la literatura rabínica, el grano de mostaza era la cosa más pequeña usada en metáforas. Por ejemplo, el Talmud menciona el alma humana como del “tamaño de un grano de mostaza” (Berajot 5a).

    •    Aun así, esta pequeña semilla tiene vida, potencial y crecimiento escondido. Es símbolo de lo pequeño que se vuelve grande si es cultivado.

 

c. La montaña en el pensamiento hebreo:

    •    En textos rabínicos, “mover montañas” era expresión idiomática. Se decía de los sabios que sabían “arrancar montañas” que podían resolver dilemas halájicos imposibles (Horayot 14a).

    •    La montaña representa resistencia, imposibilidad, estructuras espirituales opuestas.

 

d. ¿Qué está diciendo Yeshúa realmente?

    •    No critica la cantidad de fe, sino la desconexión entre su fe y la acción espiritual.

    •    Enseña que una fe viviente y dirigida a Dios, aunque pequeña, tiene poder cuando se habla y actúa con ella.

 

3.¿Qué otros textos conectan con este mensaje?

    •    Zacarías 4:6-10 – “No con fuerza, sino con mi Espíritu…” (pequeños comienzos, grandes resultados).

    •    Salmo 125:1 – “Los que confían en el Señor son como el monte de Sion, que no se mueve”.

    •    Isaías 40:4 – “Todo valle será alzado y todo monte y collado bajado”.

    •    Lucas 17:6 – Jesús vuelve a usar la semilla de mostaza: “podrías arrancar una morera”.

    •    Hebreos 11 – Personajes que, con fe activa, vencieron reinos y cerraron bocas de leones.

4. ¿Qué nos dice esto hoy?

a. No se trata del tamaño de tu fe, sino de su raíz.

Una semilla de mostaza tiene vida. Lo que importa es si tu fe está viva, cultivada y dirigida a Dios.

b. No calles frente a tu montaña.

La tradición profética enseña a hablar con autoridad espiritual. No describes tu obstáculo, le das una orden en el nombre de Dios.

c. Tu fe activa es semilla del Reino.Lo que hoy parece pequeño —una oración, una decisión, un paso de obediencia— puede tener poder descomunal si está alineado con la voluntad divina.La enseñanza de Jesús no fue un discurso motivacional. Fue una revelación con raíz hebrea:

Dios no te pide fe gigantesca, te pide fe viva.Y cuando esa fe habla, actúa, y espera en fidelidad —lo imposible empieza a ceder.Así que no subestimes la semilla. Plántala, háblale a la montaña, y cree.Porque una fe minúscula en un Dios inmenso siembra milagros eternos.

 
 
 

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